“Los adictos son enfermos, no delincuentes”. Con esta sentencia el director de Casa Abierta, Raddamés de La Rosa, procura una visión más adecuada de la sociedad ante las víctimas de un flagelo que lacera a una juventud cada día más expuesta a los vicios, banalidades y delincuencia.
El ejecutivo de la institución con más de 50 años trabajando en la prevención del consumo de sustancias narcóticas, se queja del poco apoyo oficial a las instituciones que se dedican al tratamiento y prevención de un mal que afecta a un sector tan importante de la población como es la juventud.
Criticables también resultan las entidades y gremios profesionales del deporte que carecen de mecanismos eficientes y humanos que sirvan de apoyo a quienes caigan en el vicio de las drogas como sucede con el ex pelotero de grandes ligas, Juan Ramón Domínguez, ex lanzador del equipo de Texas.
Este aparece harapiento y semidesnudo, en las calles de Esperanza, Valverde, haciendo ademanes propios de su fracasada carrera por una lesión.
El pobre hombre, quien clama por una pensión del ayuntamiento de su pueblo natal aún sea de 5 mil pesos mensuales, no obstante, su desgracia, tiene la lucidez mental de pedir a la juventud cuidarse de las drogas.
jpm-am
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