POR JOSE ALEJANDRO MONTESINO
El 2025 United States federal government shutdown comenzó el 1 de octubre de 2025, cuando el Congreso estadounidense no aprobó un proyecto de gasto ni una resolución de continuidad presupuestaria antes del inicio del nuevo año fiscal.
Este apagón gubernamental es ya el más prolongado en la historia de los EE. UU., implicando la paralización de muchas agencias federales, el despido temporal (furlough) de decenas o cientos de miles de empleados federales y el trabajo sin paga de otros tantos funcionarios considerados “esenciales”.
Los efectos macroeconómicos para la economía norteamericana también han comenzado a sentirse:
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Las estimaciones del Congressional Budget Office (CBO) indican que el cierre podría restar entre US $7 000 millones y US $14 000 millones del producto interno bruto (PIB) de EE. UU., en una ventana de 4 a 8 semanas.
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Analistas advierten que cada semana adicional del cierre podría costar hasta US $15 000 millones en crecimiento perdido.
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Se han reportado más de 2 500 vuelos cancelados en EE. UU. vinculados al cierre y a una reducción de tráfico ordenada por la Federal Aviation Administration (FAA).
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El cierre ha generado demoras en pagos, incertidumbre en empresas contratistas del Estado, y una caída del sentimiento del consumidor.
En resumen: el cierre no sólo afecta el aparato federal estadounidense, sino que tiene implicaciones en la actividad económica general, la confianza, el gasto, y sectores muy ligados al comercio internacional, los viajes y el turismo.

¿Cómo afecta esto a la economía dominicana?
La República Dominicana es un país con fuertes vínculos económicos, turísticos y de inversión directa con los EE. UU. Cualquier perturbación en el mercado estadounidense puede tener efectos de contagio o transmisión hacia la economía dominicana. A continuación, algunos canales de impacto:
Canales de transmisión principales
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Reducción del poder adquisitivo de los turistas estadounidenses
Los ciudadanos de EE. UU. representan una parte considerable de los visitantes internacionales a República Dominicana. Si el cierre provoca desempleo federal, pagos atrasados, menor confianza del consumidor o recortes en el gasto público, es plausible que algunos viajeros pospongan vacaciones, reduzcan el gasto o reemplacen destinos. Al menos en EE. UU., las empresas de viajes y transporte ya están reportando cancelaciones o incertidumbre ligada al cierre.
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Problemas en vuelos/conectividad aérea
Un impacto más directo para la República Dominicana proviene del efecto en el transporte aéreo: ya se ha documentado que debido al cierre y a acciones de la FAA se redujo el tráfico aéreo y se cancelaron vuelos hacia/desde EE. UU., lo que podría afectar la conectividad de vuelos dominicanos. Según un reporte, el mercado de EE. UU. representa más del 60 % del tráfico internacional hacia RD desde aeropuertos como Nueva York, Miami, Boston, Orlando, Dallas.
Esto significa que demoras, cancelaciones, reducción de vuelos o aumento de tarifas podrían traducirse en menor número de visitantes o mayor costo para llegar a la República Dominicana.
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Reducción del gasto de inversión o financiamiento externo
Cuando la economía de EE. UU. se ve afectada, empresas, inversores o viajeros pueden volverse más cautelosos. Esto puede implicar menor inversión extranjera directa hacia la República Dominicana, menor flujo de remesas asociadas al turismo o propiedades, o una ralentización en compras de residencias vacacionales por ciudadanos estadounidenses. Aunque este canal es más difuso, puede tener efectos acumulativos.
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Impacto en exportaciones y cadenas globales
Aunque República Dominicana no depende exclusivamente del mercado estadounidense para exportaciones agrícolas o industriales, un recorte en demanda estadounidense puede afectar ciertos productos dominicanos que llegan a ese país o a través de vía de insumos intermedios. Además, las interrupciones en transporte aéreo o marítimo o en logística global también pueden incidir en el comercio. El cierre ha sido citado como un riesgo para “envíos de mercancías navideñas” u otros productos.
Particularidades para el sector turismo dominicano
El turismo es uno de los pilares de la economía dominicana (junto con la minería, zonas francas, agroexportación, remesas). Evaluemos cómo el cierre puede afectar este sector:
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El hecho de que EE. UU. sea el origen de más de la mitad de los visitantes internacionales (y para ciertos aeropuertos dominicanos, más del 60 %) significa que cualquier interrupción del transporte o del flujo de viajeros estadounidenses se traduce directamente en riesgo para la ocupación hotelera, ingresos por turismo, empleos en el sector turismo y servicios conexos.
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La menor conectividad aérea (vuelos cancelados, demoras, rutas puestas en riesgo) pueden hacer que los paquetes turísticos o escapadas de último minuto disminuyan, o que los operadores turísticos dominicanos deban ajustar oferta, precios o reservas de manera reactiva.
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Hoteles, resorts, renta de autos, excursiones y actividades turísticas dependen de reservas, pagos anticipados o flujo constante de visitantes. Si los viajeros estadounidenses recortan o se retraen por incertidumbre (laboral o financiera) provocada por el cierre, entonces la República Dominicana puede ver una reducción en esos flujos.
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Además, el turismo tiene un efecto multiplicador: menos visitantes significa menor consumo en hoteles, restaurantes, tiendas, transporte local. Para comunidades locales que dependen del turismo (Punta Cana, Bávaro, Samaná, Puerto Plata, etc.), la caída del gasto de turistas estadounidenses puede impactar la economía local de forma más marcada que los indicadores nacionales.
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Por otra parte, la inestabilidad en EE. UU. también puede afectar la percepción de riesgo del viajero internacional: si los vuelos desde EE. UU. se demoran o se cancelan, puede generarse un efecto disuasivo para nuevos viajeros que planeaban venir desde ese país o hacer conexiones internacionales.
Ejemplo concreto: conexiones aéreas
Un artículo indica que las reducciones de tráfico aéreo ordenadas por la FAA pueden afectar rutas desde Nueva York, Boston, Miami, Orlando y Dallas hacia República Dominicana, debido a que esas ciudades concentran la mayor parte de los vuelos hacia el país.
Así que no se trata sólo de que los turistas estadounidenses tengan menos dinero o confianza, sino también de que la infraestructura de transporte que enlaza esos turistas a República Dominicana se ve comprometida.
Resumen de impactos esperados y recomendaciones
Principales efectos esperados para República Dominicana
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Disminución del número de visitantes estadounidenses al país, al menos en el corto plazo, como resultado de menor conectividad aérea o menor confianza del viajero.
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Potencial caída en el gasto medio por turista estadounidense, si algunos de ellos afrontan menores ingresos, pagos atrasados del gobierno federal, o deciden reducir viajes.
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Impacto en la ocupación hotelera, actividades de ocio, excursiones, transporte interno, servicios asociados al turismo, y en las economías locales turísticas.
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Riesgo de efectos colaterales: menor inversión externa, mayor cautela de operadores turísticos, retrasos en desarrollo de proyectos turísticos planificados.
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Necesidad de ajuste de precios o incentivos para mantener flujo de visitantes, o de diversificar mercados emisores (menos dependencia de EE. UU.).
Recomendaciones para mitigar el impacto
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Fortalecer la promoción de otros mercados emisores (Europa, Canadá, Latinoamérica) para reducir la dependencia en el turista estadounidense.
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Ajustar operaciones aéreas y alianzas con aerolíneas que conectan EE. UU. –República Dominicana, estar listos para demoras o cancelaciones, optimizar rutas alternativas.
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Incentivar la reserva anticipada de vuelos y estancias, con tarifas flexibles que mitiguen riesgos de última hora.
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Promover paquetes especiales o promociones dirigidas al mercado estadounidense que puedan contrarrestar el impacto de posibles recortes en viajes.
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Monitorear continuamente la situación en EE. UU. (reapertura del gobierno, evolución de la economía, conectividad aérea) para ajustar planes de contingencia turística.
Enfocar parte de la estrategia turística en experiencias de “valor agregado” que atraigan al turista estadounidense incluso en tiempos de mayor cautela económica.
Conclusión
Aunque el cierre del gobierno de EE. UU. es un evento doméstico norteamericano, sus repercusiones trascienden fronteras. En el caso de la República Dominicana —un país con alta vinculación turística al mercado estadounidense— el riesgo de menor llegada de visitantes, menor gasto por turista y dificultades en conectividad aérea es real.
Si bien no todos los efectos serían inmediatos o gigantescos, la acumulación de tensiones (en vuelos, reservas, confianza, gastos) puede erosionar parte del crecimiento del sector turismo en un año que podría haber sido de auge. Por ello, resulta clave que los actores públicos y privados del turismo dominicano actúen de manera proactiva, ajustando estrategias de diversificación, alianzas aéreas, promociones y logística.
Con una respuesta oportuna, República Dominicana puede amortiguar el efecto negativo del cierre estadounidense y quizás incluso posicionarse para captar una mayor cuota de mercado turístico cuando la situación norteamericana se estabilice.
jpm-am
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