martes, diciembre 2, 2025
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Científicos de Canadá crean un microrobot magnético que podría disolver piedras renales sin cirugía

Un equipo de la University of Waterloo, en Canadá, está desarrollando un microrobot para disolver piedras renales que busca ofrecer una alternativa menos invasiva a los tratamientos actuales. El objetivo es actuar desde dentro del tracto urinario, guiando un dispositivo flexible y magnético hasta el lugar donde se forman los cálculos para favorecer su degradación de manera directa.

El prototipo tiene la forma de un filamento blando de alrededor de un centímetro. Está fabricado con materiales suaves y contiene pequeñas partículas magnéticas que permiten moverlo desde el exterior mediante un campo magnético controlado. Su estructura está diseñada para moverse con suavidad dentro de modelos que simulan el sistema urinario.

Cómo funciona el microrobot dentro del sistema urinario

El microrobot incorpora la enzima ureasa, una molécula capaz de elevar el pH de la orina. Este detalle es importante porque los cálculos de ácido úrico se disuelven más fácilmente cuando el entorno es menos ácido. Al colocarse cerca de la piedra, la enzima modifica el ambiente inmediato y favorece una degradación lenta y progresiva.

Este enfoque permitiría atacar el cálculo directamente sin exponer todo el organismo a medicamentos ni recurrir a procedimientos de alta intensidad. Además, su composición blanda reduce el riesgo de irritación en las paredes del tracto urinario en comparación con herramientas rígidas.

Pruebas con modelos anatómicos y orina sintética

Hasta ahora, el microrobot para disolver piedras renales ha sido evaluado únicamente en laboratorio. Los investigadores utilizaron modelos anatómicos en 3D del tracto urinario y orina sintética para recrear condiciones reales. Con un sistema magnético externo guiaron el filamento por el modelo mientras un ultrasonido mostraba su ubicación en tiempo real.

En estas pruebas, el microrobot logró acercarse a cálculos de ácido úrico y reducir su tamaño en cuestión de días. La disolución fue estable y gradual, sin afectar las paredes internas del modelo. Los científicos destacan que el dispositivo mantuvo una navegación precisa y pudo trabajar de forma localizada sobre la superficie de la piedra.

Qué aporta esta tecnología frente a métodos tradicionales

Los tratamientos para cálculos renales dependen de la composición y el tamaño de la piedra. Muchas veces se recurre a medicamentos, litotricia con ondas de choque o procedimientos endoscópicos. En casos complejos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

El microrobot representa una posible alternativa para ciertos pacientes. Su diseño permitiría actuar directamente sobre el cálculo sin aplicar energía desde el exterior y sin introducir instrumentos rígidos. Para las piedras de ácido úrico, que responden bien a cambios químicos, este tipo de intervención dirigida podría convertirse en una herramienta adicional dentro del arsenal clínico.

El camino pendiente antes de pasar a estudios en seres vivos

Aunque los resultados iniciales son alentadores, la tecnología está en una etapa temprana. Aún no se ha probado en animales ni en humanos, por lo que no existen datos sobre su comportamiento en un entorno biológico real. Factores como la respuesta del cuerpo, la navegación con movimiento natural o la forma de expulsar o degradar el dispositivo siguen siendo preguntas abiertas.

Los próximos pasos de la investigación incluyen pruebas en organismos vivos, mejoras en la navegación magnética y el desarrollo de sistemas clínicos que permitan controlar al microrobot con seguridad dentro de un hospital. Solo después de superar estas fases podría evaluarse su potencial uso con pacientes.

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Un avance que demuestra el potencial de la robótica médica

El desarrollo de este microrobot para disolver piedras renales muestra cómo la robótica médica está evolucionando hacia métodos más precisos y menos invasivos. Aunque su aplicación clínica aún tomará tiempo, el trabajo realizado en Canadá abre la puerta a nuevas formas de tratar cálculos renales que podrían ser más cómodas y localizadas para los pacientes.

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