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El chavismo perdió y tendrá que entregar el poder
En un gesto enaltecedor y que lo acredita como un verdadero demócrata, el presidente Luis Abinader concibió y logró aprobar aquí un documento de apoyo al respeto a la voluntad popular expresada por el pueblo venezolano en sus elecciones generales del pasado 28 de Julio, suscrito por 22 jefes de Estado y de gobierno, incluido el rey de España, Felipe VI. Por demás, en ese documento se exige el Gobierno tiránico de Nicolás Maduro y sus autoridades electorales la publicación de todas las actas originales del escrutinio, cosa que aún no han hecho ni harán jamás.
Como auténtico demócrata, Abinader aprovechó la presencia en el país de esos distinguidos dignatarios, en ocasión de su juramentación para un segundo mandato constitucional, ganado por abrumadora mayoría, a fín de echar una mano, para extender su brazo solidario al desventurado pueblo venezolano, que, durante los últimos 25 años, ha sido azotado, desmembrado, robado y herido de muerte por el chavismo miserable y demoledor, hoy encarnado por Nicolás Maduro.
Los gobernantes aquí presentes este 16 de agosto, tan cristianos y demócratas como Abinader, aprobaron y firmaron con entusiasmo la proclama de Santo Domingo, en solidaridad con la transparencia electoral en Venezuela, y en respaldo al respeto a su voluntad popular, que escogió su nuevo presidente, Edmundo González. De ello no hay dudas, el mundo libre y decente así lo sabe, proclama, aunque el infeliz y desquiciado dictador pretenda robarse las elecciones para quedarse en el poder.
Machado
Y tras ese importante acontecimiento, desde Venezuela hasta República Dominicana, se produjo una respuesta de gratitud y felicitaciones por conducto de la artífice, de la auténtica líder y conductora de la oposición, María Corina Machado. Ella, siempre atenta y elegante, pronunció elogios bien ganados por el presidente Abinader, quien fue de los primeros gobernantes del mundo libre en reclamar respeto a la voluntad popular venezolana, a los derechos humanos y a las libertades públicas.
Sin temor ni complejos ideológicos, sostengo, que ambos lideres, Abinader y Machado son acrisolados demócratas, están comprometidos, hasta lo más profundo de su conciencia cívica y su corazón con la libertad, la verdad, la justicia y el progreso de sus respectivos países, Venezuela y República Dominicana, pero también de todas las naciones del mundo libre. Ellos dos establecen la diferencia entre quienes pregonan la democracia en su nación, pero abrazan y respaldan la dictadura, el zaqueo, el atraso, la esclavitud y la muerte en otras partes del planeta.
Esos demócratas de pacotilla abundan aquí, de un lado y de otro, de derecha y de izquierda, de alto linaje o de indigencia, quienes promueven y procuran libertades y democracia en este país, pero para afuera apoyan sin ningún rubor a dictaduras y dictadores despreciables, como los Castro, en Cuba, Ortega en Nicaragua y Maduro en Venezuela; esos no son buenos dominicanos, y jamás serán auténticos demócratas.
Pienso que mi presidente Luis Abinader si lo es y lo ha demostrado y ha afirmado con su acertado proceder en favor de la libertad, la transparencia y el respeto a la dignidad humana de todos los dominicanos, y de todos los ciudadanos del mundo. Y María Corina Machado está haciendo lo mismo, durante más de una década, marcada por la pasión, el amor y el deseo de cambio y amplias y absolutas libertades y progreso para las grandes mayorías de venezolanos, pisoteados y expulsados al exilio y al abismo involuntario por el chavismo y el madurismo podrido y esclavizante.
Esa mujer limpia, exquisita y valerosa, encarna la esperanza de libertad y prosperidad de la rica Venezuela, pero casi destruída, abusada y estuprada por la ineptitud, la arrogancia y voracidad de quienes hoy la gobiernan tiránicamente. Como lo fue antes, Golda Meir e Indira Gandhi, María Corina Machado es una verdadera heroína, una dama de puro kilate dorado, que ha desafiado el poder, que ha derrotado adversidades y canalladas, que no se ha doblegado antes amenazas, humillaciones, agresiones físicas y hasta de intento de matarle a sus tres hijos, a los que tuvo que sacar de Venezuela, hace 7 años, para preservarles la vida.
Sin embargo, por amor a su pueblo, ella se quedó en Venezuela trabajando y luchando por su liberación del yugo cobarde y maldito que representa en estos días Nicolás Maduro y sus cómplices devastadores e inmorales.
María Corina Machado es grande, una auténtica gigante que derrotó apabullantemente a la dictadura chavista, con Edmundo González Urrutia, como candidato presidencial, y quien temprano o tarde asumirá la Presidencia venezolana, para erradicar por siempre la plaga del comunismo perverso y empobrecedor regido con Nicolás Maduro y sus voraces ladrones y narcotraficantes.
No hay vuelta atrás, el chavismo perdió y tendrá que entregar el poder, aunque su títere Tribunal Supremo, dijo y falló lo contrario, ratificando el robo electoral más burdo descarado de la historia civilizada de la humanidad.
jpm-am
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