Río, por no llorar, al leer que el Gobierno procura atraer gigantes tecnológicos y digitales como NVidia, Amazon o Microsoft. La idea es excelente y da buenos titulares en prensa y demás medios.
Pero es casi imposible, dada la limitada instrucción y preparación de las decenas de miles de jóvenes que requerirían esas empresas, habituadas al mercado laboral chino, indio o estadounidense. Hay laudables pininos gubernamentales, como la inauguración hace días del noveno centro de formación del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) que ha dispuesto el presidente Abinader durante su gestión.
Se prevé que unos 1,500 estudiantes de Cotuí serán graduados en cursos cortos cada año, pues la capacidad es para sólo 125. Según su rector, “el porcentaje de empleabilidad en los egresados del ITLA es de 93 % a 95
% y en la provincia Sánchez Ramírez, el porcentaje de personas en edad laboral supera el 76 %”.
Sin embargo, para la magnitud de los requerimientos laborales de fabricantes de chips, desarrolladores de software u otros productos electrónicos o digitales, nuestro país esta penosamente atrasado. Podríamos quizás, como logró la Zona Franca de Itabo hace varias décadas, atraer ensambladoras o empaquetadoras de productos, como un primer paso auspicioso de una futura mayor integración. Soñares barato, pero para llevar la instrucción pública y educación a niveles como los aspirados, debemos mejorar masiva y drásticamente las destrezas básicas como la lectoescritura, las matemáticas y las capacidades para el pensamiento abstracto.