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OPINION: Diáspora dominicana ignorada por presidente Abinader
Por LUIS CASTILLO
En su reciente visita a Nueva York, el presidente Luis Abinader dejó claro que su atención estaba centrada en temas internacionales como la crisis venezolana, mientras que la diáspora dominicana quedó relegada a un segundo plano. Una vez más, se perdió la oportunidad de abordar de manera concreta y decidida las necesidades y propuestas de los dominicanos en el exterior, quienes juegan un papel crucial en la economía del país. Como bien señala Rada en su artículo, el presidente no solo omitió mencionar la diáspora en su discurso, sino que tampoco ofreció soluciones o promesas que atiendan las demandas históricas de esta comunidad.
LA ESPINAL DORSAL OLVIDADA
La diáspora ha sido llamada «la espina dorsal» de la economía dominicana, ya que sus remesas representan un aporte crucial para la estabilidad económica del país. Sin embargo, el Estado dominicano ha fallado repetidamente en reconocer su importancia con acciones concretas. Las propuestas de la diáspora, como la eliminación del impuesto de US$10 por salida del país, la exoneración del 3% del valor de los inmuebles adquiridos por dominicanos en el extranjero, y el tratamiento fiscal igualitario que reciben las zonas francas y el turismo, han sido ignoradas. ¿Por qué se continúa cargando a quienes más han aportado al país con tributos injustos y leyes inconstitucionales?
INSEGURIDAD, UN ASUNTO NO ABORDADO
La falta de seguridad para los dominicanos en el extranjero cuando visitan su propio país es otra gran preocupación que el gobierno sigue ignorando. La diáspora ha pedido medidas contundentes para garantizar la seguridad de los ciudadanos cuando retornan, especialmente en un contexto de creciente criminalidad. El miedo a ser víctima de robo o violencia es real, y esto debería ser una prioridad para cualquier gobierno que se preocupe por sus ciudadanos.
REMESAS Y POTENCIAL DE INVERSION IGNORADO
Las remesas, que han sido un pilar de la economía dominicana, deberían ser vistas no solo como un alivio económico para las familias, sino como un motor de desarrollo. Reducir los costos de envío, que actualmente son excesivamente altos, podría generar ahorros considerables para las familias que dependen de ese dinero. Asimismo, la diáspora ha propuesto invertir en el país, pero necesita garantías jurídicas, incentivos y la eliminación de las barreras burocráticas que favorecen a los grandes inversionistas extranjeros, pero no a los propios dominicanos.
CONCLUSION: UNA FALTA DE COMPROMISO
En lugar de tomar acciones claras y decisivas, el presidente Abinader ha optado por repetir la misma retórica vacía que han utilizado los gobiernos anteriores. La diáspora sigue siendo ignorada, a pesar de ser un pilar fundamental de la estabilidad económica del país. Si no se toman medidas concretas para atender sus necesidades y propuestas, el gobierno corre el riesgo de perder el apoyo de una comunidad que ha sido históricamente leal a su patria, pero que ya está cansada de promesas incumplidas.
Es hora de que el presidente y su equipo gubernamental reconozcan el valor real de la diáspora y respondan a sus demandas con acciones, no con palabras.
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