El autor es profesor universitario. Reside en Santo Domingo Este
POR JOSE DIAZ NIN
Reitero mis recomendaciones de que la Policía Nacional o el Plan Piloto de la Policía deben contar con una plataforma computacional capaz de ofrecer información ágil sobre el estatus de una motocicleta. Que esta institución, atreves de un celular, en manos de los agentes, obtenga informaciones antes de tomar la decisión de retener este medio de transporte en determinado momento.
Algunos dirigentes choferiles y políticos alegan que a policía no está facultada para retener motocicletas aunque otros creen que es la única forma de acabar con los robos, alteraciones, conductores atrevidos, delincuencia, violadores de la ley de transito, los calibradores, los que conducen sin luz, sin cascos protectores, los sin muffler ruidosos en la noche y a los que conducen a una alta velocidad por las calles de los barrios.
Entiendo que la responsabilidad, de la violación a las leyes, deberá recaer sobre el dueño de la motocicleta. Y es por ello que los organismos de seguridad, antes de proceder con la incautación del vehículo, moto taxis o padre de familia, debe tener a manos la información, tanto del dueño como de la motocicleta. Esto se puede facilitar con la asignación de una ficha, creada por la misma Policía Nacional o Plan Piloto.
Esta ficha debe contener la información del dueño, nombre, dirección y teléfono, numero de chasis de la motocicleta, fecha y empresa vendedora, y si es posible, el nombre de quien en defecto va a conducirla, por lo que antes de retirar dicho aparato de la mencionada empresa debe obtener esta ficha.
Cada vez más el parque vehicular crece en la capital y ciudades del país, cada vez mas hay un auge en la delincuencia desde motocicletas, cada vez mas aterra conducir cualquier vehículo ante los tantos conductores y pasajeros que, exponen su vida en un peligro.
Las motocicletas son vehículos sin carrocerías nada más que la masa corporal de los usuarios.
jpm-am
Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
