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¡Presidente, ya es hora! (OPINION)

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El autor es estudiante de Ciencias Políticas, Reside en Santo Domingo.

El tema haitiano, en las últimas semanas, se ha mantenido en el centro del debate nacional. Desde mi perspectiva, considero que esto se debe, principalmente, a una foto publicada por el Ministerio de la Mujer. Parecía tratarse de una campaña destinada a la prevención de la violencia contra la mujer. Hasta ese punto, todo marchaba bien. El problema surge cuando tomaron como referencia la imagen de dos africanas, sugiriendo de esta manera que así son las mujeres dominicanas.

Aunque parece inocente, no lo es. Para nadie es un secreto que, entre las agendas de los organismos internacionales, está el objetivo de cercenar la identidad dominicana, con el fin de haitianizar el lado este de la isla. Con este propósito, se han elaborado maniobras sistemáticas que buscan alcanzar el objetivo antes mencionado, ya que, al parecer, consideran que la solución al problema haitiano es desplazar esa población vecina hacia República Dominicana.

Lo más preocupante es que, evidentemente, la agenda cuenta con el respaldo de figuras prominentes del actual gobierno. Para comprender mejor esta situación, planteo las siguientes pregunta: ¿Acaso el presidente de la República no es la persona más informada del país? ¿No visita él todas las comunidades del territorio nacional? ¿O, por el contrario, el mandatario se encuentra en un grado de desconexión tan profundo con el pueblo que le impide percibir la realidad que enfrenta la población dominicana?

Joaquín Balaguer

Resulta evidente que las calles de la ciudad capital están colmadas de nacionales haitianos indocumentados, y la situación se agrava a medida que nos adentramos en las comunidades rurales de nuestro país.

Balaguer

Balaguer, en su importante obra literaria La isla al revés, propone cuatro medidas para abordar esta situación, que son las siguientes:

1. La fijación de los límites que separan a los dos países (aunque esto es algo que ya tenemos claro).

2. La prohibición de la inmigración haitiana (lo preocupante es que ahora, desde el Estado, se incentiva y promueve).

3. La vigilancia estricta de la frontera para impedir la penetración clandestina y hacer efectiva la soberanía de la ley dominicana sobre la totalidad del territorio nacional; y

4. La dominicanización de las zonas fronterizas (considero que esta es una de las más relevantes).

Creo que ha llegado el momento de que nuestras autoridades, especialmente el presidente, detengan el doble discurso y pongan en marcha una política de Estado que enfrente de manera enérgica la inmigración ilegal.

jpm-am

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