sábado, octubre 18, 2025
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Tabaco y cáncer de mama: relación mortal (OPINION)

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LA AUTORA es `periodista y presidenta de la Fundación Dominico-Americana Contra el Tabaquismo, Inc. (Fundacot)

POR DELLANIRA HERASME FLORIÁN

El consumo de tabaco es uno de los principales enemigos de la salud pública. Es conocido su vínculo con enfermedades cardiovasculares, pulmonares y varios tipos de cáncer, como el de pulmón, garganta, páncreas, piel, lengua, estomago, vejiga, etc. Sin embargo, muchos aún dudan de su relación directa con el desarrollo del cáncer de mama.

Diversos estudios científicos han demostrado que las sustancias químicas contenidas en el humo del tabaco, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos, tienen la capacidad de alterar el ADN de las células mamarias, lo cual puede ser el primer paso hacia el desarrollo de tumores malignos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) reconocen que el tabaquismo activo y pasivo puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer de mama,
especialmente cuando la exposición ocurre en edades tempranas, durante la adolescencia o antes del primer embarazo, cuando el tejido mamario es más vulnerable.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican más de 1,7 millones de casos de cáncer de mama en todo el mundo, y cerca de 670.000 mujeres mueren, de lo cual entre un 10 y 15% es atribuido al tabaquismo.  La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que es el tipo de cáncer más frecuente y la causa más común de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial.

El riesgo no recae únicamente en quién consume cigarrillos. El humo de segunda mano —es decir, el que se inhala al estar cerca de una persona que fuma— también contiene más de 70 sustancias cancerígenas.

Mujeres no fumadoras, expuestas al humo en ambientes laborales o familiares, pueden tener un riesgo similar al de fumadoras activas.

En palabras de la oncóloga Patricia Méndez, del Instituto Nacional del Cáncer: “Las mujeres que viven con fumadores o que trabajan en entornos donde se permite fumar, tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama, incluso si ellas nunca han llevado un cigarro a su boca”-

A diferencia de otros factores de riesgo para el cáncer de mama como la edad, la genética o las hormonas, la exposición al tabaco es evitable. Dejar de fumar, y evitar espacios donde otros fuman, puede reducir el riesgo considerablemente.

Además, campañas de prevención y políticas públicas libres de humo han demostrado ser eficaces no solo para reducir el consumo, sino también para proteger a quienes no fuman.

Así lo confirma un nuevo informe de la American Cáncer Society, ACS: “La mortalidad por cáncer de seno sigue disminuyendo desde hace tres décadas en general, pero se observan aumentos más pronunciados en la incidencia en las mujeres menores de 50
años y en las mujeres asiático-americanas e isleñas del Pacífico de todas las edades”.

En la actualización bienal de la organización sobre la incidencia y las tendencias del cáncer, del informe 2024 reveló que las tasas de mortalidad por cáncer de seno, en los Estados Unidos en general, disminuyeron 44% desde 1989.

El cáncer de mama es la segunda causa más común de muerte por cáncer en mujeres, después del cáncer de pulmón, en USA, según OMS. El tabaco no solo mata a través del cáncer de pulmón o los infartos. También amenaza de forma silenciosa la salud mamaria de millones de mujeres en el mundo.

Ante esta realidad, la prevención y la concienciación son herramientas fundamentales.

Fumar no solo afecta al fumador. Cada cigarro encendido puede de enfermar a quienes están cerca de un fumador. Y en el caso del cáncer de mama, la exposición al humo puede ser una presencia fatal.

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