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Estados Unidos intensifica la presión sobre Maduro con despliegue militar

La Casa Blanca ha redoblado su estrategia para acorralar a Nicolás Maduro, implementando una serie de medidas que van desde un significativo despliegue militar hasta una agresiva campaña de desprestigio basada en acusaciones de narcotráfico. Esta ofensiva coordinada busca debilitar al régimen chavista y propiciar un cambio en el Palacio de Miraflores.
Entre las acciones más resonantes se destaca el despliegue de 4.000 marines en el Mar Caribe y el envío de tres buques de guerra cerca de las costas venezolanas. Esta presencia militar, sin precedentes recientes, subraya la seriedad de la postura estadounidense.
Paralelamente, Washington ha puesto en marcha una nueva narrativa que califica a Maduro como un «líder narcoterrorista». La medida más llamativa es la oferta de una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su arresto. Además, grupos como el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles han sido incorporados al listado norteamericano de organizaciones terroristas.
Esta estrategia no es improvisada. Representa una acción coordinada al detalle entre diversas esferas del gobierno estadounidense, incluyendo el Departamento de Estado, el Tesoro, la DEA y el Pentágono, lo que indica un enfoque integral para abordar la situación en Venezuela.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue explícita al respecto: «El presidente Trump ha sido muy claro en que está dispuesto a usar todo el poder estadounidense para detener la entrada de drogas a nuestro país». Leavitt añadió que Maduro «no es un presidente legítimo, sino el líder de un cartel narcoterrorista», dejando pocas dudas sobre la justificación de la ofensiva.
El objetivo principal de esta presión es ahogar y desestabilizar el ya frágil sistema político y militar que sostiene a Maduro en el poder, especialmente tras las cuestionadas elecciones presidenciales del año pasado y el prolongado desgaste de más de 25 años de chavismo.
Según Ricardo Ferrer, director del centro de geopolítica de FREE, el despliegue militar no solo ejerce una «terrible presión» sobre la cúpula chavista, sino que también «le imposibilita atentar con lanchas rápidas el paso bioceánico» y evita una posible invasión a Guyana, territorio que Venezuela reclama y con el que Maduro ha «coqueteado» para avivar el nacionalismo.
Sin embargo, la estrategia estadounidense no está exenta de riesgos. Donald Trump es consciente de que una avanzada tan marcada podría generar una «cohesión anti americana», uniendo al régimen y potencialmente involucrando a otros países de la región como México, Colombia y Brasil. De hecho, Maduro ya ha convocado una cumbre extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) en respuesta.