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Aporte de la diáspora y déficit presupuestario (OPINION)

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Quiero mostrar  el aporte de la Diáspora y también exigir que terminen los epítetos de frente o de espalda que se les dice.

Presentaré datos valiosos a aquellos que no tienen memorias o están en la Luna. Sin antes dejar de recordarles que cuando su situación empeora salen huyendo  a EE.UU o Europa a clamar por nuestro socorro.

Y de inmediato aquí están las cifras.

En el año 2025, el presupuesto nacional de la República Dominicana alcanzará RD$1,681,728.1 millones, un monto significativo que refleja las prioridades del gobierno en áreas clave como educación, salud e infraestructura.

Veamos algunos renglones del presupuesto 2025.

Educación: RD$242,463.5 millones (14.4% del total), un área que continúa siendo una de las principales prioridades para el gobierno, reflejando su compromiso con la educación de calidad como motor del desarrollo.

Salud: RD$168,172.3 millones (10.0% del total), una inversión necesaria para garantizar el acceso a servicios de salud dignos y de calidad para todos los ciudadanos.

Infraestructura: RD$140,000 millones (8.3% del total), destinados a proyectos de infraestructura vial, energética y de telecomunicaciones para apoyar el crecimiento económico.

El autor es politólogo y teólogo. Reside en Nueva York

Otros sectores clave incluyen seguridad, justicia y programas sociales, con asignaciones significativas que buscan abordar las desigualdades y mejorar las condiciones de vida de la población.

Sin embargo, el presupuesto se ve marcado por un déficit de RD$448,007.1 millones, equivalente al 3.1% del Producto Interno Bruto (PIB).

El déficit resalta la profunda brecha entre los ingresos y los gastos del gobierno, lo que ha llevado al país a depender de fuentes de financiamiento -empréstitos- externos.

En este contexto, las remesas enviadas por los dominicanos que residen en el exterior, superan los USD 10,000 millones anuales y, juegan un papel crucial en la estabilización de la economía.

A pesar de su importancia, estos dólares que entran al país también plantean un debate sobre el respeto y  reconocimiento adecuado a la diáspora por su aporte.

Las remesas enviadas desde el exterior son más de seiscientos mil millones (RD$600,000) al año, una cifra que no solo alivia la pobreza de millones de familias, sino que también se posiciona como uno de los principales motores de la economía nacional.

Con una tasa de cambio promedio de RD$60X1 dólar, las remesas constituyen el 35.7% del presupuesto nacional que supera con creces el déficit proyectado para 2025.

Y sin contabilizar el flujo en envío de cajas de comidas, ropas, medicinas y miles de dólares en los bolsillos para gastar en los colmados, supermercados y bares de los barrios.

Este flujo constante de divisas ha sido fundamental para sostener el consumo interno, impulsar la creación de pequeños negocios y estabilizar el tipo de cambio.

Es decir, estabilidad macroeconómica.

Sin embargo, como señalan varios economistas, “aunque las remesas contribuyen al bienestar de millones de dominicanos, también generan una dependencia que puede obstaculizar el desarrollo económico a largo plazo”.

El déficit presupuestario de RD$448,007.1 millones refleja los desafíos fiscales que enfrenta la República Dominicana.

Este déficit nos presenta la escasa capacidad de recaudación fiscal, que se sitúa por debajo del promedio regional, lo que obliga al gobierno a recurrir a fuentes externas de financiamiento.

En esta circunstancia, las remesas se han convertido en un factor esencial para mitigar estos desequilibrios de la finanza pública.

Es importante señalar que, aunque las remesas son una fuente crucial de captación de divisas, también representan una forma de apoyo que, a menudo, no recibe el reconocimiento indicado.

Los  dominicanos residentes en el extranjero, que contribuyen enormemente a la estabilidad económica del país, esperan mayor respeto por su esfuerzo y gratitud por su sacrificio.

Los envíos de remesas son una oportunidad valiosa para el desarrollo sostenible del país.

Sin embargo, gran parte de estos recursos se destinan al consumo inmediato y no se canalizan hacia inversiones productivas que podrían generar empleo y crecimiento a largo plazo.

Para maximizar el impacto de las remesas, es esencial que el gobierno diseñe políticas públicas que promuevan el ahorro, el emprendedurismo y la inversión en proyectos comunitarios.

Los economistas subrayan la importancia de “no solo depender de las remesas como solución temporal, sino de utilizarlas como una herramienta para diversificar la economía y reducir la dependencia del endeudamiento externo”.

La clave 

La clave está en transformar estos flujos de dinero en una palanca para el desarrollo económico sostenible.

Conclusión: Las remesas enviadas por la diáspora son un pilar económico fundamental para el país, y su contribución debería ser reconocida y respetada.

Sin embargo, el déficit fiscal y la creciente dependencia de las remesas subrayan la necesidad de un enfoque más estratégico por parte del gobierno para utilizar este recurso de manera más efectiva y reducir la carga que recae sobre la emigración dominicana.

Ciertos analistas señalan: “el respeto hacia la diáspora debe ir más allá de las palabras; debe reflejarse en políticas que reconozcan su contribución y en un compromiso serio por parte del gobierno para crear las condiciones de un desarrollo económico inclusivo y sostenible.”

Es hora de que el gobierno dominicano reconozca la importancia de su compatriota que viven en otros países y trabaje con ellos para crear una economía más sólida y menos dependiente de factores externos.

Mientras más envíos; es porque la situación económica y social del país es muy precaria.

Necesitamos mayor respeto!!

jpm-am

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