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Archivos liberados por Trump revelan secretos sobre la ejecución de Trujillo y el rol de EU en la caída de Bosch
Santo Domingo, RD.-. Datos reveladores sobre maniobras orquestadas contra la dictadura del asesinado tirano Rafael Leonidas Trujillo y sobre el golpe del profesor Juan Bosch han salido a relucir con documentos descalificados por la administración del preside de Estados Unidos, Donald Trump, desde la semana pasada.
En uno de los documentados divulgados, después de décadas en el secreto, se revela la participación encubierta de Estados Unidos en el suministro de armas a los integrantes de la trama para asesinar a Trujillo, lo que finalmente se produjo el 30 de mayo de 1960.
Se indica que los conspiradores habrían contacto con un apoyo tácito de Estados Unidos contra el régimen trujillista.
Se menciona, pero sólo como “Ortiz”, a un oficial del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) que habría sido uno de los principales torturadores de la tiranía y quien, posteriormente, sirvió de informante del Buró Federal de Investigaciones (FBI), instalado en Nueva York después de escapar de República Dominicana cuando se produjo la muerte de Trujillo. En los archivos desclasificados de identifica a ese oficial como el teniente Clodoveo Edmundo Ortiz González, quien era un agente vinculado directamente a crímenes, torturas y represión durante la dictadura.
En un informe de 180 páginas sobre las revelaciones ofrecidas por Ortiz, elaborado en 1962, se indica todos los detalles del complot contra Trujillo y los involucrados en la acción.
(Ortiz fue arrestado en Nueva York y el profesor Juan Bosch solicitó su extradición en 1963).
En otro documento, fechado el 23 de septiembre de 1965, se precisan informaciones sobre lo ocurrido sobre la intervención de Estados Unidos en República Dominicana.
Se narra sobre una supuesta la amenaza comunista a nivel global y la necesidad de formar alianzas en Asia para contrarrestarla.
En una cronología de 25 páginas presentada por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado se definía, para ese entonces, de crítica la situación que se vivía en República Dominicana.
En ese contexto, la intervención estadounidense en República Dominicana se justificaba como una «medida necesaria para salvar vidas y evitar un supuesto colapso ante la amenaza comunista».
Entre los intereses políticos sale a relucir el interés que hubo en bloquear el retorno al poder del expresidente Juan Bosch, por el cambio significativo que representaba para la política dominicana.
En el archivo 104-10214-10034, desclasificado por Trump, se indica que los conspiradores contra Trujillo estaban más motivados por intereses personales y deseos de venganza, que por la búsqueda de una república libre y democrática.
Así se desprende también en uno de los documentos que contiene una de las conversaciones del encargado de la CIA en Santo Domingo, Robert Owen, con el doctor Ángel Severo Cabral, uno de los principales conspiradores dominicanos contra el régimen de Rafael Leónidas Trujillo, en la que se precisa que se habría hablado de la posibilidad de asesinar al dictador en “silencio”, pero con posibles efectos colaterales.
Se dice que Juan Tomás Díaz, Antonio de la Maza y otros conspiradores, tenían resentimientos personales contra Trujillo, mientras que Antonio de la Maza tenía un rencor personal.
Para llevar a cabo el plan, Owen indicó que el grupo solicitó cinco M-3 (subfusil) o ametralladoras similares, así como alrededor de 1500 rondas de municiones para “defensa personal” en caso de un tiroteo.
En los documentados desclasificados se hace mención del jefe de las Fuerzas Armadas (FFAA), Juan René «Pupo» Román, identificado en los documentos como el «General Román», de quien se dijo que no tenía intención de permitir elecciones libres tras la caída de Trujillo.
«Su plan era erigirse como el nuevo“poder fuerte” dominicano en reemplazo de Trujillo», se insiste en documento.
Los involucrados en el complot contra el tirano eran Antonio de la Maza, Juan Tomás Díaz, Antonio Imbert Barrera, Modesto Díaz, Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sadhalá, Roberto Pastoriza, Huáscar Tejeda y el teniente Amado García Guerrero.
Sobre el profesor Juan Bosch, en uno de los archivos se indica que el fallecido líder del Partido de la Liberación Dominicana fue una persona de interés para Estados Unidos, inclusive desde antes de llegar a ser presidente de la República en 1962.
Se revela que Bosch fue “fuente de información” para un agente de la CIA.