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«Crimen Ecológico» en el Centro Olímpico por tala de cientos de árboles

SANTO DOMINGO, RD- La reciente tala de cientos de árboles en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte de Santo Domingo ha generado una ola de indignación y preocupación entre ambientalistas, deportistas y la ciudadanía en general.
La acción, que se enmarca en los trabajos de remodelación del complejo deportivo de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santo Domingo 2026, ha sido calificada como un «crimen ecológico» y una «barbarie sin precedentes».
La Fundación Wiche García Saleta, una de las primeras en denunciar la situación, ha expresado su profunda indignación, señalando que la tala afecta a unas 300 especies, muchas de ellas adultas y con décadas de antigüedad, que servían como el «pulmón urbano» de la capital. La organización ha criticado la falta de transparencia y la forma acelerada en que se han llevado a cabo los trabajos, sin que se haya mostrado públicamente el permiso ambiental ni el criterio técnico-forestal que justifique una acción de tal magnitud.
La situación ha conmocionado a diversos sectores. El presidente del Comité Olímpico Dominicano, Garibaldy Bautista, lamentó la situación y destacó la importancia de una comunicación más cuidadosa e institucional. Sorprendentemente, el Ministro de Deportes, Kelvin Cruz, declaró haberse enterado de la tala a través de los medios de comunicación, indicando que el Ministerio de Vivienda y Edificaciones es la institución responsable de estas intervenciones.
Si bien se ha señalado que el corte de árboles fue aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente, esta afirmación ha sido cuestionada por la Fundación Wiche García Saleta, que ha solicitado copia del permiso ambiental y un respaldo técnico y científico sobre las razones de la tala. Algunas fuentes han sugerido que la tala se debe a la necesidad de mejoras viales y de accesibilidad, así como a que las raíces de algunos árboles habían dañado tuberías y sistemas eléctricos. Sin embargo, se ha denunciado la falta de alternativas sostenibles, como el trasplante de árboles, que no fueron consideradas.
Ante la gravedad del daño, la Fundación Wiche García Saleta y otros sectores han solicitado la intervención urgente del presidente Luis Abinader para que ordene detener la tala y se tomen medidas para mitigar el impacto ambiental. Aunque reconocen que «el gran daño ya está hecho», insisten en que no debe seguir aumentándose.
La controversia pone de manifiesto la necesidad de revisar los procesos de planificación urbana y remodelación en zonas verdes, así como de garantizar la protección de los espacios de alto valor ecológico y simbólico en el país.