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¿Dónde está el dinero? La verdad detrás del déficit fiscal.

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El pasado sábado, el pueblo dominicano hizo historia una vez más. Con determinación y valentía, logramos doblegar la voluntad política ante un intento abusivo y desproporcionado por parte de un equipo técnico económico del gobierno, que intentó jugar con la estabilidad y salud financiera de los dominicanos utilizando la narrativa de que en el país falta dinero.

Si bien es cierto que necesitamos más recursos, debido al déficit sostenido que hemos presentado en las últimas dos décadas, la pregunta clave que debemos hacernos es: ¿dónde está realmente el dinero para superar este déficit?

Para responder, es crucial acudir a los datos, porque como siempre decimos, hacer políticas públicas sin información precisa es como navegar en alta mar sin rumbo. Según el estudio “Distorsiones fiscales y la curva de Laffer en la República Dominicana” (Prazmowski, 2020), la evasión y la elusión afectan alrededor del 60% de nuestra economía, limitando gravemente la capacidad del gobierno para recaudar impuestos de manera efectiva. Y si esto ya era alarmante, la desatinada propuesta de reforma fiscal tampoco iba a solucionar el problema, ya que se buscaba recaudar RD$122,000 millones, equivalentes al 1.5% del PIB, dejando aún una brecha de RD$250,000 millones (3.8% del PIB) que actualmente se pierde por la evasión.

Por su parte, la Dirección General de Impuestos Internos revela cifras preocupantes: la evasión del ITBIS alcanza el 43.9%, mientras que el Impuesto Sobre la Renta muestra un 61.9% para personas jurídicas y 57.1% para personas físicas. Esto representa un incumplimiento de RD$466,203 millones, equivalente al 9.5% del PIB. Este panorama demuestra que el problema de la República Dominicana no radica en la falta de dinero, sino en la administración, fiscalización y persecución de la elusión fiscal. Si logramos combatir este flagelo, podríamos generar los ingresos necesarios sin la creación de nuevos impuestos, lo que permitiría cubrir el déficit actual de manera significativa.

Además, la Curva de Laffer ilustra que tanto tasas impositivas muy bajas como excesivamente altas pueden reducir la recaudación. Incrementar el ITBIS, como se ha intentado en el pasado, solo ha conducido a un aumento en la evasión y la informalidad. Así lo establecimos en nuestra intervención en la vista pública celebrada en la Cámara de Diputados, donde cuestionamos a la clase política sobre temas vitales que deben ser abordados antes de pensar en nuevos impuestos. Algunos de estos asuntos los desarrollaremos en escritos posteriores, como: ¿Quién fiscaliza el dinero exorbitante que destinamos a los partidos políticos? Es fundamental cuestionar la necesidad de financiar estos partidos con el dinero del pueblo. Asimismo, es imperativo reflexionar sobre la carga presupuestaria del gobierno en publicidad y en nómina pública innecesaria.

El retiro del proyecto de reforma fiscal no debe significar el cese de nuestra lucha; al contrario, es momento de exigir un enfoque más integral y efectivo en la gestión de los recursos del Estado. Debemos abogar por una reforma que no solo busque aumentar la recaudación a través de nuevos impuestos, sino que también se enfoque en la eficiencia del gasto público y en el fortalecimiento de la fiscalización.

Finalmente, no puedo concluir estas líneas sin antes felicitar al pueblo dominicano. Una vez más, nos unimos y vencimos ante un intento que amenazaba nuestra estabilidad y bienestar. Este es un claro ejemplo de la fuerza de la voluntad colectiva y de cómo, cuando nos organizamos y alzamos la voz, nuestras exigencias pueden ser escuchadas. Cada uno de nosotros, con nuestra participación activa y decidida, demuestra que no somos meros espectadores en el proceso democrático, sino protagonistas del mismo.

Es momento de seguir construyendo sobre este éxito. Exijamos un gobierno que rinda cuentas y utilice los recursos públicos de manera eficiente y transparente. El llamado es a mantenernos vigilantes y activos, porque la lucha por un sistema fiscal más justo y equitativo apenas comienza.

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