SANTO DOMINGO, RD.- El monte Everest, el pico más alto del mundo y uno de los destinos más emblemáticos para montañistas, enfrenta una crisis ambiental sin precedentes: la acumulación de basura, incluyendo más de 12,000 kilos de excremento humano.
La alarmante situación ha sido provocada por el exceso de turistas y alpinistas que cada año intentan llegar a la cima. Las autoridades locales advierten que los desechos sólidos y orgánicos abandonados a lo largo de la ruta no solo contaminan el entorno natural, sino que también representan un grave riesgo para la salud pública y la biodiversidad.
Según reportes recientes, las zonas de campamento están saturadas de residuos plásticos, latas, cilindros de oxígeno vacíos y desechos fecales que no se degradan fácilmente en las extremas condiciones del Himalaya.
El Gobierno de Nepal ha implementado medidas para exigir que cada expedición baje su propia basura, pero la falta de controles y el aumento constante de visitantes dificultan la aplicación efectiva de estas reglas.
Expertos en conservación ambiental han hecho un llamado urgente para restringir el número de ascensos y establecer protocolos más rigurosos de limpieza, advirtiendo que, de no tomarse acciones inmediatas, el Everest podría transformarse en el vertedero más alto del mundo.
