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Opinion

El fin y los medios: una discusión ética en tiempos de crisis

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El autor es escritor y periodista. Reside en Estados Unidos

La relación entre el fin y los medios ha sido un tema de debate filosófico y ético a lo largo de la historia. En situaciones de crisis, como la tragedia ocurrida el pasado 8 de abril en la discoteca Jet Set, esta cuestión se vuelve especialmente compleja. ¿Cuándo, entonces, podemos considerar que el fin justifica los medios, y cuándo es importante cuestionar esta premisa?

En primer lugar, es importante definir qué se entiende por “FIN” y “MEDIOS”. Pues bien, el fin se refiere al objetivo o propósito que se busca alcanzar, mientras que los medios son las acciones o métodos utilizados para lograr ese objetivo, y en este caso, el propietario de la discoteca está buscando influir a través de sus medios y el personal que labora en los mismos para evitar la responsabilidad y proteger sus intereses económicos mediante la manipulación de las informaciones que podrían arrojar las investigaciones  a fin de convertir sus mentiras en verdades ante la opinión pública.«¿Cuándo el fin justifica los medios? La respuesta depende de la ética y la moral que guían nuestras acciones».

En algunos casos, el fin puede justificar los medios si el objetivo es noble y dichos canales utilizados son proporcionales y éticos. Por ejemplo, en una situación de emergencia médica de esta magnitud, el fin de salvar vidas puede justificar el uso de medios drásticos, como la toma de decisiones rápidas y decisivas, claro, sin expropiarse de los bienes materiales de los muertos y los heridos.

En otros casos, el fin no justifica los medios si los métodos utilizados son inmorales o injustos. En relación con la discoteca Jet Set, es notorio el uso de algunos medios para manipular la opinión pública, evitar la responsabilidad del propietario, Antonio Espaillat y aprovechar el dolor ajeno para trascender en las plataformas virtuales y aumentar el número de seguidores con fines estrictamente económicos.  “El fin puede justificar los medios, pero ¿a qué costo? La verdadera pregunta es si ese costo vale la pena”.

La clave para determinar si el fin justifica los medios, es evaluar la proporcionalidad y la ética de los métodos utilizados, porque si los medios son desproporcionados o inmorales, es probable que el fin no justifique los medios y podrían ser justificado sólo para aquellos con intereses marcados por el morbo y la inmoralidad.

Es importante considerar las consecuencias a largo plazo de los medios que utilizamos, ya que en el caso del Jet Set, el uso de los medios que ostenta su propietario, Antonio Espaillat, están siendo utilizados para manipular la opinión pública, sin tomar en cuenta de que esta defensa  paternalista en vez de ayudarlo lo ensucia e inficiona moralmente.

En última instancia, la decisión de si el fin justifica los medios depende de la perspectiva ética y moral de cada persona. ¿Por qué?, es importante recordar que los medios utilizados para alcanzar un fin pueden tener un impacto significativo en la forma en que se percibe el objetivo y en las consecuencias a corto, mediano y largo plazo. “La línea entre el fin y los medios es delgada, pero es en esa delgadez donde se define su verdadera naturaleza”.

Este caso que ha trascendido a nivel mundial podría “justificar los medios”, si el gobierno y la justicia se quitan el traje de la impunidad y realizan una investigación exhaustiva y transparente que determine las causas de la tragedia y se asignen responsabilidades. Para lograr que esto suceda, es oportuno que periodistas, comunicadores e influencers se quiten la venda y en vez de distorsionar y manipular las informaciones, promuevan la transparencia, el bien común y la rendición de cuentas.

Consecuencias

La relación entre el fin y los medios es compleja y depende de la perspectiva ética y moral de cada persona. En este momento lo más importante sería evaluar la proporcionalidad y la ética de los medios utilizados y considerar las consecuencias por venir sin que la soga se corte por lo más delgado.

Esta tragedia, donde los muertos superan las 230 personas, monto que no se corresponde con la cantidad de ciudadanos que frecuentaban el club nocturno Jet Set, es un reto sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas que debe asumir el gobierno. Antonio Espaillat debe responder ante este hecho inesperado que cegó la vida de cientos de personas, quienes dejaron en la orfandad a jóvenes y adolescentes.

Este paladín del empresariado radial debe recibir el castigo, primero de Dios, luego de la justicia, después de los familiares de los muertos y heridos, en especial de la sociedad en su conjunto.

En ese sentido, es fundamental que los medios de comunicación jueguen un papel responsable y ético en el análisis de este terrible acontecimiento, pero sobre todo, informar a la opinión pública de manera objetiva y veraz, sin manipular la información. “La justicia divina puede tardar, pero nunca olvida; y cuando llega, su respuesta es siempre contundente”. 

jpm-am

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