Salud
El problema de la interrupción del embarazo (1)
Se denomina aborto en todo el mundo, avalado por la Organización Mundial de la Salud, a la interrupción del embarazo, espontánea o inducida, cuando se produce durante las primeras 20 semanas de gestación o antes de que el feto alcance los 500 gramos de peso. Esto quiere decir y se refiere, a fetos no viables, sin capacidad fisiológica para sobrevivir de manera independiente fuera del vientre materno.
Si nos sujetamos a un enfoque biológico, podemos definir la vida afirmando que la misma es la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir. En este sentido, la vida establece una clara diferencia entre los seres vivos (hombres, animales y plantas, esencialmente) y los objetos, como una roca o una silla, que son incapaces de moverse por sí mismos, de crecer, de reproducirse, etc., es decir, que son incapaces de cumplir un ciclo biológico.
Otro detalle distintivo de un ser vivo es su capacidad de administrar sus recursos internos para adaptarse a los cambios que se producen en su medio.
Criterio religioso
Desde el punto de vista religioso, la vida resulta de la capacidad obtenida por la materia orgánica cuando esta recibe el soplo divino (espíritu), lo que la convierte en un ser con vida, esto es, que tras el soplo divino, la materia orgánica, inicialmente inerte, adquiere la capacidad de desarrollar un ciclo biológico.
El fundamento bíblico de esta definición lo encontramos en el libro de Génesis 2:7, donde dice: “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente”,
Así las cosas, podemos afirmar que la definición de vida humana no ha generado tantos debates como lo ha hecho la palabra muerte. En cuanto a la vida, en lo que hay grandes desacuerdos es en torno al momento de inicio de esta.
En este sentido, hay que considerar los puntos de vista de la ciencia, la religión, el Derecho y la Filosofía, que al enfocar esta delicada cuestión entremezclan sus puntos de vista, para finalmente diferir en torno al momento mismo en que comienza la vida humana.
Inicio
Queda claro que la puesta en marcha del proceso de formación de una vida humana se inicia con la penetración del óvulo por el espermatozoide; la nueva célula resultante (cigoto) contiene su propio patrimonio cromosómico donde se encuentra programado biológicamente su futuro.
Este hecho científico con demostración experimental, es así dentro o fuera del organismo materno. El hecho científico con “demostración experimental” concluye, pues, que el “proceso de formación de una vida humana se inicia con la penetración del óvulo por el espermatozoide”.
La célula resultante de esta unión es una “nueva célula” que “contiene su propio patrimonio cromosómico”. En los casos de Fertilización In Vitro los óvulos fecundados no implantados deberían seguir su curso biológico natural, es decir, el zigoto multiplica sus células y se transforma en mórula, luego en blástula y luego embrión. Para que este proceso no continúe los óvulos fecundados son congelados.
Hay, sin embargo, quienes entienden que la simple penetración de un espermatozoide en el citoplasma de un ovocito no implica el inicio de la vida, sino que en realidad la misma se inicia en el momento en que se produce la fusión del núcleo del espermatozoide con el núcleo del ovocito.
Este proceso recibe el nombre de singamia. Esto suele ocurrir alrededor de 17 horas después de la penetración del espermatozoide en el ovocito. Esta fusión de los dos pronúcleos, en ocasiones no sucede, de modo que la sola penetración del espermatozoide en el ovocito no es suficiente.
Habría, entonces, que redefinir la concepción religiosa aclarando que el momento de la fecundación se produce cuando ocurre la singamia. Con esta visión, debe admitirse que la interrupción del proceso del embarazo, una vez alcanzada la singamia constituye un aborto, con el que, indefectiblemente, se termina con una vida.
Postura filosófica y legal
Otras posturas, como la filosófica y la legal, en algunos lugares, sostienen que el embrión y el feto, en sus primeras etapas, no pueden ser considerados seres vivos. Así las cosas, surge el dilema, puesto que mientras algunos consideran que existen sobradas razones para considerar al hombre como persona desde la fecundación y por lo tanto para brindarle toda la protección y el amparo de la ley, otros consideran errónea esa postura y entienden que es el nacimiento lo que condiciona la conversión de un feto en persona.
Constitución dominicana
Nuestra Constitución, sin embargo, en su artículo 37 prohíbe el aborto de manera absoluta, sin detenerse en esclarecer en qué momento ocurre la concepción ni tampoco definir qué es la muerte.
El texto del artículo 37 constitucional dispone: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”. Este texto constitucional obliga a definir con claridad la palabra muerte, para lo que, igualmente, hay que considerar los puntos de vista de la ciencia, la religión, el Derecho y la Filosofía.
Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos
El Artículo 6 del Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos en sus dos primeros acápites a la letra expresa:
“1. El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente.
2. En los países en que no hayan abolido la pena capital sólo podrá imponerse la pena de muerte por los más graves delitos y de conformidad con leyes que estén en vigor en el momento de cometerse el delito y que no sean contrarias a las disposiciones del presente Pacto ni a la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio. Esta pena sólo podrá imponerse en cumplimiento de sentencia definitiva de un tribunal competente”.
Definición científica de muerte
En el aspecto científico ha habido grandes debates, pero, finalmente, parece existir acuerdo respecto al momento en que puede considerarse que se produce la muerte. Inicialmente se definía la muerte, simplemente, como el fin de la vida. Ya en la actualidad, el cese irreversible de la actividad cerebral (conocido como muerte cerebral) equivale para la ciencia como el final de la vida, aunque la persona mantenga latidos cardíacos e incluso siga respirando. Esta nueva concepción ha revolucionado la donación de órganos para trasplantes.
Para la religión, como la vida es la unión de la materia orgánica (cuerpo) y el soplo de vida (espíritu), la muerte ocurre cuando se produce la desunión entre estas dos cosas. En consecuencia, para considerar una persona muerta, parecería exigible, desde el punto de vista religioso, que la misma haya dejado de respirar y sus órganos, también hayan suspendido sus funciones vitales.
Bajo el punto de vista filosófico, se dice que los seres vivos son los capaces de moverse por sí mismos; tienen una fuerza interior, un algo que permite el cambio vital, la adaptación al medio, el poder tomar lo que necesitan del medio en que se encuentran, el poder incluso modificar el medio ambiente. Esa capacidad de moverse a sí mismo, esa automoción es la vida.
jpm-am
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