Politica
Fuerza del Pueblo rumbo al 2028 (2 de 3)
A menos de tres años de las próximas elecciones presidenciales, el panorama político dominicano comienza a delinearse con mayor claridad. En este contexto, la Fuerza del Pueblo (FP), liderada por el expresidente Leonel Fernández, se perfila como uno de los principales actores de la oposición.
No obstante, el partido enfrenta una serie de retos estructurales y estratégicos que definirán su papel en el 2028: si como contendiente real por el poder, como fuerza bisagra, o como partido en transición hacia una nueva etapa.

La principal fortaleza de la FP es también su principal limitación: Leonel Fernández. Su experiencia y capacidad discursiva le han permitido posicionarse como una figura relevante dentro del espectro opositor, especialmente frente a un oficialismo que, aunque sólido, comienza a mostrar signos de desgaste.
Sin embargo, el peso casi absoluto del liderazgo de Fernández dentro del partido impide la emergencia de nuevas figuras, lo que puede comprometer la sostenibilidad del proyecto político más allá de su liderazgo.
Desde su nacimiento en 2019, FP ha mostrado un crecimiento constante en términos de militancia y presencia territorial. Su desempeño en elecciones municipales y congresuales ha evidenciado una estrategia de captación de cuadros medios provenientes de otras estructuras partidarias, especialmente del PLD.
Dificultad
Uno de los puntos críticos en la estrategia de FP es su dificultad para conectar con el electorado emergente, en especial con la juventud. El discurso político de la organización aún gira en torno a ejes tradicionales como el crecimiento económico, la estabilidad macroeconómica y la institucionalidad democrática, pilares que fueron efectivos en la era post-Balaguer pero que hoy resultan insuficientes para movilizar sectores con demandas más sociales, medioambientales o vinculadas a derechos civiles. El sistema político dominicano continúa fragmentado. El PLD, aunque debilitado, conserva estructuras territoriales relevantes; el PRD se mantiene como actor de negociación; y partidos como Alianza País o emergentes como Opción Democrática ganan terreno entre nichos urbanos.
En ese escenario, FP tiene la posibilidad de convertirse en el eje articulador de un bloque opositor, especialmente si el PRM se ve obligado a enfrentar un escenario de segunda vuelta. Sin embargo, esto dependerá de la capacidad de Fernández y su equipo para ceder espacios y construir consensos más allá de su círculo inmediato.
Fuerza del Pueblo llega al 2028 como una fuerza política en consolidación, con un liderazgo experimentado, una estructura creciente, pero con limitaciones claras en términos de renovación, conexión con nuevos sectores y diversificación de liderazgos. Su futuro dependerá no solo de la capacidad de Leonel Fernández para reinventarse políticamente, sino también de la disposición del partido para transformarse en un proyecto colectivo que trascienda su fundador.
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