Redacción.- La ciudad de Bahía Blanca atraviesa un profundo duelo tras la confirmación de que los restos hallados en el arroyo Napostá pertenecen a Delfina Hecker, la beba de un año que fue arrastrada por la corriente durante la devastadora inundación del pasado 7 de marzo. Su hermana mayor, Pilar, de cinco años, también perdió la vida en esa misma tragedia.
Pilar era una “hija arcoíris”, nacida después de la dolorosa pérdida de dos hijas anteriores por parte de la familia. Su llegada había significado un renacer de esperanza. Ahora, la partida de ambas ha conmovido profundamente a toda la comunidad, que ha mostrado un enorme caudal de afecto y acompañamiento hacia los padres, Marina Haag y Andrés Hecker.
Redes sociales y espacios públicos se llenaron de mensajes de solidaridad, velas, flores y dibujos. Muchos de los homenajes incluyen el símbolo del arcoíris, evocando a Pilar como la luz tras la tormenta y a Delfina como su eterna compañera.
La familia enfrenta una pérdida inmensa. A pesar del dolor insondable, han expresado públicamente su gratitud por el acompañamiento y el respeto recibido desde diferentes rincones del país. En medio de la tristeza, se alzan las voces de una comunidad que promete no olvidar, y que abraza con amor y en silencio a una familia que lo dio todo por sus hijas.