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Medio siglo y cinco años después: la historia detrás del secuestro del coronel Donald J. Crowley
Santo Domingo, RD.- El 24 de marzo de 1970, un Comando Conjunto, integrado por militantes de varias organizaciones de izquierda de la República Dominicana, llevaría a cabo el mayor desafío al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica en otro: el secuestro de un miembro de su cuerpo diplomático, en este caso, el secuestro del agregado militar de la embajada estadounidense en el país, Donald J. Crowley.
Era viernes, 24 de marzo de 1970, entre las 6:30 y las 7:00 de la mañana. Mientras el coronel Crowley realizaba su rutina de ejercicios en la cancha de polo del hotel El Embajador, cinco hombres armados con rifles irrumpieron en las instalaciones. Vestidos como oficiales, lo obligaron a subirse a un automóvil blanco, llevándoselo a un lugar desconocido y secuestrándolo. Una hora más tarde, los secuestradores emitieron un comunicado, firmado por el denominado “Comando Unificado Antireeleccionista”, en el que ofrecían detalles del incidente y asumían la responsabilidad del secuestro del agregado militar de los Estados Unidos.
El objetivo del grupo, tras anunciar el secuestro, era negociar la liberación del coronel Crowley para que el gobierno cumpliera con ciertas exigencias, incluyendo la liberación de 20 «presos políticos» que estaban detenidos en diversas cárceles del país. Entre estos se encontraba el líder principal del MPD, Maximiliano Gómez, más conocido como El Moreno.
En un esfuerzo por resolver la complicada situación surgida a raíz del plagio de un funcionario estadounidense, se estableció una comisión mediadora con el fin de lograr la liberación de Crowley. Esta comisión estuvo conformada por Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo de Santo Domingo; el rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), doctor Rafael Kasse Acta; y el presidente de la Asociación Dominicana de Abogados, doctor Bienvenido Mejía Mejía.
La Comisión buscaba una solución que evitara el derramamiento de sangre de líderes de izquierda y librara al país de un conflicto internacional con consecuencias impredecibles. Mientras tanto, el MPD intentaba llevar a cabo su táctica de golpe de Estado y una cuestionable operación militar, que tenía como objetivo recibir a los presos políticos que el gobierno del doctor Balaguer había acordado intercambiar por el militar estadounidense.
Se acordó inicialmente liberar a los izquierdistas en el Parque Duarte, ubicado en la zona colonial, a una hora matutina previamente establecida. Sin embargo, el gobierno se opuso a permitir que los presos políticos fueran liberados en ese lugar y, en cambio, aceptó su salida al exilio. Entre los prisioneros que abandonarían el país se encontraban Maximiliano Gómez y otros altos dirigentes del MPD. Para poner fin a la crisis generada por el secuestro, el coronel estadounidense fue liberado en el patio del Seminario Santo Tomás de Aquino.
Los izquierdistas canjeados salieron en un vuelo hacia México. El 2 de abril, el coronel Donald J. Crowley viajó hacia Washington, regresando semanas después para identificar a los acusados de su secuestro.
El 9 de junio de 1970, la Policía informó que resolvió el caso del secuestro, mostrando “las pruebas” y explicando que los secuestradores utilizaron la casa de uno del MPD. El entonces jefe de la Policía, Rafael Guzmán Acosta, acusó del hecho a: Héctor Antonio Ortiz Jaquez, Rafael Luna Cabrera, Rafael Francisco Taveras Rosario, Amín Abel Hasbún, Ivonne Altagracia Payano Chevalier, Manuel de Jesús Checho Loubriel, Julio Amaury Justo Duarte, Héctor Rafael Justo Duarte, Bartolomé Arias Muñiz o Manuel Antonio Muñiz, Otto Morales y un ingeniero conocido como Pedro, “de quien se dijo vivía en el sector de Gazcue”.
De todos ellos, fueron detenidos Ortiz Jaquez, Luna Cabrera, Ivonne A. Payano y los hermanos Justo Duarte, quienes posteriormente demostraron no tener relación alguna con el secuestro. Mientras tanto, continuaban libres y siendo buscados por la Policía: Arias Muñiz, Otto Morales, Fafa Taveras, Amín Abel, el ingeniero “Pedro”, y Checo Lubriel. La Policía Nacional acusó de ser los líderes del secuestro a Ortiz Jaquez, Amín Abel, Rafael Luna Cabrera, Fafa Taveras, Checo y Otto Morales.