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OPINION: “Líderes” de Washington Heights

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Por J. C. MALONE

Quienes tienen los mejores empleos, seguros médicos y planes de retiros, sin supervisión, ni completar cuotas de producción, son “líderes”. Electos por el pueblo, alimentan sus bolsillos y “sueltan en banda” a sus electores.

“Líderes” dominicanos de Washington Heights recién culparon a los afroamericanos de oponerse a nombrar el vecindario como “Distrito Histórico Dominicano”. Vendieron la comunidad, cobraron en efectivo y nos entregarán un papelito de “distrito histórico”.

Según The New York Times, los dominicanos huyen de renta y servicios caros, negocios quebrados. Solo funciona una lucrativa “fábrica de líderes”, que trafica licencias, beneficios, privilegios, oportunidades y capitales privatizados.

El autor es periodista. Reside en Nueva York.

Esos “líderes” aprobaron los aumentos que desalojan nuestra comunidad, ahora proponen maquillajes cosméticos para cubrir sus faltas fundamentales.

Tras décadas “subidos en el palo”, esos “líderes” quieren cubrir sus jugosas cuentas bancarias con “papelitos”.

Nuestros “líderes” estarían presos, si conectaran sus posesiones con sus votaciones.

Los dominicanos somos la comunidad migrante con más representantes electos, pero con mucho menos poder político que otras. Tenemos la población, y la representación política, pero carecemos de integridad, somos, literalmente, mucha espuma y poco chocolate.

Y quieren más, mucho más, andan buscando elegir más, pero todavía nadie, a ciencia cierta, sabe para qué. Ahora, todos sabemos, o sospechamos, quiénes reciben los beneficios de la inmensa cuota de poder político, sabemos quiénes dan las órdenes de levantar o no la mano.

Todos sabemos qué le ocurre a quienes “desobedecen” a los “jefes políticos”, e intentan “representar a la comunidad”. Los desacreditan, apoyan candidatos contrarios, los despiden electoral, libremente.

Tenemos una buena, aceitada y eficiente maquinaria política guiada por egos insaciables, controlando cuerpos decadentes, de movimientos limitados por obesidad otras enfermedades, consumidos por egoísmo y manipulación.

Ahora nos acercamos al fin, y la comunidad tiene más rencor que agradecimiento hacia sus todopoderosos “líderes políticos”.

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