Redacción.– El Papa Francisco fue sepultado este sábado en la nave lateral de la Basílica de Santa María la Mayor, entre la Capilla Paulina, donde se encuentra su amado icono de Nuestra Señora “Salus Populi Romani”, y la Capilla Sforza.
El rito funerario del Papa fue precedido por el canto de cuatro salmos y acompañado de cinco intercesiones, y luego el Padre Nuestro fue cantado.
Cientos de personas acudieron a lugar a despedir al pontífice. Después de la oración final, los sellos del cardenal Camerlengo de la Sacra Iglesia Romana Romana, Kevin Joseph Farrell, de la Prefectura de la Casa Papal, de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Romano Pontífice y del Capítulo Liberiano fueron impresos en el ataúd.
Después, el ataúd fue colocado en la tumba y rociado con agua bendita mientras se cantaba el Regina Caeli. Luego estaba la formalidad final: el notario del Capítulo Liberiano leyó el acto que certifica el entierro a los presentes. Fue firmado por el cardenal Camerlengo, el regente de la casa papal, Monseñor Leonardo Sapienza, y por el Maestro de las celebraciones litúrgicas Pontificias, el arzobispo Diego Ravelli.