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Opinion

Región Sur: hora de unirse 

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El autor es arquitecto. Reside en Santo Domingo

POR ASCANIO CRUZ MOYA

La región Sur de la República Dominicana, históricamente conocida como “la cenicienta” del país, enfrenta una encrucijada crítica que exige reflexión, unidad y acción. A pesar de su rica contribución al Producto Interno Bruto (PIB) nacional —especialmente en sectores como la agricultura, la ganadería, la minería y el turismo—, sigue siendo una de las zonas más marginadas en términos de inversión pública, infraestructura y atención gubernamental.

Un ejemplo reciente y simbólico de este trato desigual es la construcción de la avenida circunvalación de Baní, una obra necesaria para descongestionar el tránsito y facilitar el comercio y la movilidad.

Sin embargo, esta vía fue diseñada y ejecutada con tan solo dos carriles, una decisión que ignora las proyecciones de crecimiento de la zona, las necesidades del transporte pesado y la importancia estratégica de esta vía en el corredor sur.

¿Por qué una región que tanto aporta al país recibe infraestructuras que ya nacen con limitaciones?

Esta situación no es un hecho aislado. Responde a un patrón histórico donde la región sur solo parece tener valor en tiempos electorales, cuando se convierte en terreno fértil para promesas que rara vez se traducen en hechos.

Es evidente que el sur ha sido postergado, a pesar de contar con un capital humano valioso, recursos naturales de gran potencial y una ubicación estratégica que podría convertirla en motor de desarrollo nacional.

Frente común

Ante esta realidad, la solución no puede seguir siendo esperar que desde el centro del poder político y económico se reconozca espontáneamente el valor del sur. Es imprescindible que los líderes comunitarios, empresarios, autoridades locales, sectores sociales y ciudadanos en general de toda la región sur —desde San Cristóbal hasta Pedernales— se unan en un frente común.

Solo con una voz fuerte y cohesionada se podrá reclamar con legitimidad y fuerza lo que por derecho les corresponde: obras de infraestructura de calidad, planes de desarrollo sostenibles, inversión pública equitativa y políticas que promuevan el crecimiento económico con inclusión social.

La unidad regional no debe ser una consigna vacía, sino una estrategia clara y organizada que impulse una agenda común.

Es momento de dejar atrás la fragmentación que ha debilitado históricamente al sur, y asumir una visión de futuro basada en la cooperación interprovincial, el fortalecimiento institucional local y la participación ciudadana activa.

La región sur no puede seguir siendo vista como una periferia olvidada. Es parte esencial del alma productiva, cultural y social de la República Dominicana.

El momento de actuar es ahora. El sur tiene con qué, y sobre todo, tiene por qué luchar unido.

jpm-am

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