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VIDEO: Mujer denuncia amenazas, intento de feminicidio y negligencia de autoridades en Bonao

MONSENÑOR NOUEL.– “Él fue a mi casa, me quiso matar. Me dijo que si no era de él, no iba a ser de nadie. Y el magistrado me dice que yo lo que estoy haciendo es un montaje, y yo lo que estoy cuidando es la vida mía”, son las palabras de desespero e impotencia de Rosa Elena Pérez Santos, una mujer que a través de las cámaras de Noticias Telemicro asegura haber sido víctima de constantes agresiones por parte de su expareja y denuncia la falta de acción por parte de las autoridades en Bonao.
Pérez Santos relató que su agresor, identificado como José Vicente Nolberto Vásquez, ha intentado matarla en varias ocasiones. El más reciente ataque ocurrió el pasado domingo, cuando la golpeó brutalmente, le quitó su teléfono celular, dinero en efectivo, y destrozó varias de sus pertenencias. “Ese hombre no quiere dejarme vivir tranquila. Me golpea, me amenaza y ahora me quiere ver muerta porque no acepto volver con él”, afirmó entre lágrimas.
Rosa Elena Pérez Santos, quien trabaja como empleada doméstica y recientemente había comenzado un pequeño negocio de venta de picapollo, denunció que su expareja le robó las ganancias del día y destruyó los utensilios con los que preparaba los alimentos, afectando su única fuente de sustento.
Según cuenta, acudió a la unidad de violencia de género del Ministerio Público en Bonao, pero allí se encontró con más obstáculos que ayuda. “Me negaron la orden de arresto, y hasta me amenazaron con meterme presa a mí si volvía”, dijo indignada.
Rosa Elena responsabiliza directamente a José Vicente Nolberto Vásquez de cualquier cosa que le ocurra, y pide al Ministerio Público que no espere a que sea una más en la estadística de feminicidios para actuar.
“Yo lo único que quiero es vivir tranquila, que él me deje en paz, pero las autoridades no me están ayudando. ¿Qué más tiene que pasar para que me crean?”, cuestionó.
Este caso se suma a las múltiples denuncias de mujeres que enfrentan situaciones similares y que, pese a tener pruebas y temor por sus vidas, no reciben protección oportuna de las instituciones llamadas a prevenir la violencia de género.