POR PEDRO CABA
Por mucho menos tensión política que la actual en el escenario de Las Américas Joe Biden dejó fuera de la Cumbre en Los Angeles a los mismos países que hoy excluye República Dominicana: Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En la Cumbre de Los Angeles estaba claro el gobierno norteamericano impulsaría una política común al Continente respecto a liberalizar las fronteras y las corrientes neoliberales en lo económico y lo social impulsaba por su Departamento de Estado o Cancillería.
Por eso en los medios locales se interpretó como una encerrona, en especial orientada a perjudicar la política migratoria y de control fronterizo de algunos países, en específico de la República Dominicana, ante lo cual su presidente Luis Abinader reaccionó con la hidalguía que otros jefes de Estado igualmente amenazados no mostraron.
Abinader fue el único jefe de Estado asistente a la Cumbre de Los Angeles que no firmó el Acta final, alegando tiempo para estudiar su contenido y compromiso. El estudio ha durado más de tres años, lo que se interpretó en Washington como claro rechazo a su contenido.
La X Cumbre de Las Américas en República Dominicana no puede ser estropeada por la histeria AntiTrump de algunos gobiernos para los que el escenario sería ideal para mostrar su espíritu combativo y antiimperialista, muy difundido y conocido desde hace décadas.

Trump actúa para que lo sobredimensionen
El presidente Trump tiene una estrategia distinta a todos los gobiernos anteriores desde el presidente Reagan hasta la fecha incluido su primer gobierno recién pasado. El propósito lo expresa claramente: hacer grande de nuevo en todos los planos a los Estados Unidos.
Para conseguir esos propósitos actúa en el campo real aplicando una política arancelaria proteccionista en procura traer de vuelta capitales y reabrir líneas de producción cerradas por falta de competitividad con importaciones favorecidas por los conceptos de libre mercado.
En el campo político y militar su lenguaje es duro y, en apariencia, agresivo que expresa en pleno respaldo a Israel y algunos eventos de guerra como el bombardeo del búnker iraní mezclados con acciones y llamamientos a la paz en el Medio Oriente y en la guerra ucrano-rusa, además de otros escenarios menores. En el fondo, sin embargo, sabe que el Presupuesto de su país enfermó en peligro de muerte de tanto guerrear en otros escenarios.
Escogió con riesgo calculado pues es cuando menos se expone a su traspatio caribeño para mostrar músculos guerreros, provocando la histeria de los jefes de Estado amenazados, pero recibiendo el silencio aprobatorio de las demás naciones.
Trump actúa para que esa misma histeria lo sobredimensione, y lo están ayudando en ese propósito.
La República Dominicana organiza una Cumbre de Las Américas vital para afirmar su soberanía territorial respecto a Haití y sus asociados que pretenden una solución a la terrible crisis humanitaria y de casi anulación de sus estructuras de gobierno a costa del vecino próspero y estable.
La Cancillería dominicana ha dado una cátedra de buen juicio cuando trata el tema en los escenarios internacionales, interpretando la misma posición del presidente Abinader.
Mal parados van a quedar, incluyendo gobiernos extranjeros, si pretenden crear mala imagen a la próxima Cumbre, pues se va a celebrar en medio de un Trump en alza de autoridad en el escenario internacional y con una República Dominicana en paz, afirmando su seguridad fronteriza y progresando en el plano económico.
jpm-am
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